Alejandro Magno y Bucéfalo
La historia de la doma de Bucéfalo por Alejandro Magno es una de las anécdotas más célebres sobre el legendario rey de macedonio, que refleja tanto su habilidad e inteligencia excepcionales como su osadía. Este episodio es frecuentemente citado por varios autores antiguos, pero las descripciones más detalladas y referenciadas provienen de historiadores como Plutarco y Arriano.
Alejandro Magno, hijo de Filipo II de Macedonia, nació en el 356 a.C. Desde joven fue instruido por el filósofo Aristóteles y mostró un temprano interés por las cuestiones militares y filosóficas. Su historia con Bucéfalo comienza alrededor de los 12 años de edad.
Bucéfalo fue presentado a Filipo II por un mercader de Tesalia llamado Filónico, quien pedía la suma de 13 talentos por el caballo, una cantidad considerable para la época. El corcel era grande y de imponente apariencia, pero parecía indomable, ya que rechazaba ser montado por cualquier persona y se comportaba de manera violenta.
Mientras Filipo y sus hombres dudaban en comprar al caballo debido a su temperamento, Alejandro, observando la escena, expresó su interés y confianza en poder domar al caballo. Filipo, inicialmente escéptico, accedió a darle la oportunidad a su hijo tras una provocación audaz de Alejandro sobre la cobardía de los presentes.
Alejandro, habiendo notado que el caballo se asustaba de su propia sombra, giró a Bucéfalo hacia el sol, de modo que la sombra quedara detrás de él. Luego, hablándole suavemente y acariciando su cuello, Alejandro logró montarlo gradualmente. En vez de usar la fuerza bruta, utilizó la templanza, calmando y ganando la confianza del animal. Una vez sobre Bucéfalo, Alejandro lo instó a correr, demostrando no solo su habilidad para montar sino también su inteligencia y percepción.
La hazaña impresionó profundamente a Filipo y a los espectadores. Filipo, conmovido y orgulloso, incluso llegó a decir: “Busca un reino que sea digno de ti, porque Macedonia se te queda pequeña”, reconociendo las capacidades excepcionales de su hijo. Bucéfalo se convirtió en el compañero inseparable de Alejandro, participando en numerosas batallas a lo largo de las campañas de conquista del joven rey. Bucéfalo y Alejandro formaron una pareja legendariamente inseparable hasta la muerte del caballo en la Batalla del Hidaspes en el 326 a.C. Alejandro, en honor a su fiel compañero, fundó la ciudad de Bucefalia en la actual Pakistán.